24 de Septiembre, 2017
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taller literario caballito poesia poemas |
Como se ve por los textos anteriores en el taller literario Caballito se da la libertad absoluta total! Eso si por ahora son solo clases individuales a cargo de un Licenciado en Letras UBA 49034485 chau! |
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redaccionescrit a las 15:17 · 4 Comentarios
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Clases particulares en Caballito
Durante 30 años he dado clases particulares en mi estudio privado de Caballito a toda clase de personas y toda clase de materias y temas:
aprendìa mucho dando clases particulares un alumno detràs de otro: cada tanto
alguno decìa que se habìa olvidado la billetera o el dinero; o habìa perdido ambos
muchos llegaban tarde, otros simplemente me dejaban plantado: durante un lapso de tiempo no se sabìa a ciencia cierta si realmente vendrìan o llegarìan tarde: no existìa watsap, ahora las cosas son màs sencillas: le mandas un mensaje y listo
antes era reacio a llamar por telèfono o simplemente no contestaban
cuàntas veces me habràn dejado plantado
a veces, pretextando cualquier cosa se iban en mitad de la clase huìan acaso despavoridos
a menudo, yo no les cobraba porque desconocìa el tema que me solicitaban
pero en lineas generales durante muchos años di clases privadas en mi estudio particular sito en el barrio de Caballito a 1 cuadra del Parque Rivadavia
a veces iba a domicilio: la otra vez contè cuantas veces habìa ido a dar clases a domicilio y en toda mi vida contè 50 veces no màs o no mucho màs
de ninguna manera estaba dispuesto a salir con una alumna eso sì que no pero unas pocas veces se me entregaban de tal forma que no me quedò otra cosa que salir con la alumna particular que de inmediato dejaba de serlo para pasar a ser otra: novia o como prefieran llamarlo
sì novia, novios, lo llamàbamos asì
esto solìa suceder en lineas generales durante las tardes de primavera o de verano a veces, en el invierno raramente en otoño y raudamente nos dirigìamos rumbo a una confiterìa o en direcciòn a un vulgar y silvestre cafè para charlar, para platicar de diversos asuntos que no vienen al caso o que simplemente no recuerdo en absoluto
allì pasàbamos horas y horas hasta que al fin nos besàbamos en una esquina o rincòn de dicho bar: de inmediato salìamos en direcciòn al hotel o albergue màs cercano a los efectos de hacer el amor sin prestar la menor atenciòn a telarañas o espejos enmohecidos que generalmente habitaban aquellos sòrdidos espacios privados
esto no era todo: porque tambièn concurrìamos a determinados salones de baile con el objeto de bailar y franelear seductoramente hasta altas horas de la noche o de la madrugada hasta que finalmente habìa que dormir entonces rumbeàbamos hacia su hogar dulce hogar en Villa del Parqu
El borracho perfecto
Por las noches se emborracha en el cafè de la esquina mientras las parejas enamoradas hacen sus arrumacos màs o menos violentos
al atardecer, duerme impunemente la siesta mientras todos los demàs hacen sus labores implacables dueños de lo inesperado, saborean sus dulces espasmos
mientras escucha a Stravinsky, alucina con insolentes damiselas eròticas quienes lo defraudan habitualmente mediante sutiles estratagemas amorosas y otros ardides vagamente romànticos: besos acaramelados òsculos furiosos convulsivos orgasmos medianamente bellos embarazosos
no conforme con ello, sale por las noches absolutamente borracho de amor a pasearse por las calles màs o menos solitarias o sino, en tren de gira, irrumpe en los salones de baile, en las austeras milongas con el objeto de bailar unos buenos tangos a pesar de su penetrante olor a alcohol y a tabaco o incluso marihuana (es marihuanero ademàs de alcohòlico)
sin rumbo fijo, vaga por las calles por la madrugada recordando obstinadamente las ladies que anduvieron por sus brazos y abrazos sus brasas sus cenizas
por momentos se pone violento con amigos y enemigos: entablan toda clase de charlas totalmente absurdas, incoherentes a màs no poder, pero no puede dejar ese vicio maldito que lo convierte en un balde en un recipiente agujereado
borracho insolente, no puede con su falta de genio y derrama improperios a diestra y siniestra vomita en un tacho de basura en una direcciòn de escuela frente a atònitos directora profesores preceptores y demàs autoridades y pùblicos empleados pùblicos y privados funcionarios:
lo llevan al hospital en una ambulancia mientras lo conducen a la sala de guardia llama por telèfono a su novia ausente, su inmòvil amada a quien entre sollozos le comenta lo sucedido recientemente, le dan asimismo alguna pastilla para que se deje de una vez por todas de romper las pelotas con pelotudeces ojo lo burdo està prohibido pero al borracho consuetudinario no le importa nada o demasiado poco
esta es la vida entonces del perdido boracho: lo echan de las librerìas no consigue laburo por ninguna parte hediondo a alcohol y tabaco (cuando no marihuana) lo expulsan de los sitios màs obscenos y abstractos los hoteles para pasajeros las pensiones màs sòrdidas no lo quieren ver ni en figurita
increiblemente, en el Correo Viejo (un salòn de rock devenido tanguerìa) se levanta una mina pero en cuanto estàn por
los grandes arquitectos medievales cuando hacìan sus grandiosas càtedras y catedrales se guardaban de pasar al anonimato como si se tratara de una gigantesca obra colectiva y no de un pequeño poema individual
conscientes de esa summa teòrica digna de un Santo Tomàs de Aquino el nunca bien ponderado Aquinate deslizaban sabidurìa al pasar como buenos doctores doctos en picapiedras preciosas piedras grandes rocas pulidas grandes vidrieras coloreadas que no hacìan otra cosa que inmaterializar la materia como si dicha catedral gòtica flotara en el aire dando esa sensaciòn de inmaterialidad mientras las mujeres danzaban en ronda esbeltas y delgadas casi famèlicas tuberculosas sobre la puntita de los pies
de esta y no de otra forma los grandes arquitectos medievales y egipcios supieron levantar los grandes o pequeños monumentos humanos para celebraciòn y homenaje de los venideros siglos los siglos porvenir
el hombre es el porvenir del hombre el hombre da testimonio del hombre
asì y no de otra manera se cumplen las grandes profecìas de mi madre anciana al ritmo de la singer cantante al ritmo de las hojas del otoño que caen como silencios blancos al ritmo de mi pobre padre enfermo y ya viudo y al compàs del chicle que masca el bailarìn de tango mientras baila con su gran yegua imaginaria entre sus brazos
su gran potra invisible
durante un tiempo, las grandes lecturas de Sade durante el crudo invierno porteñero me reconciliaron con el universo al igual que los estudios y nocturnos de Chopin parecìan redimirme de la estupidez universal
pero què es la estupidez en què consiste la inteligencia con què se come eso?
he ahì la pregunta del millòn digna de un Platòn o un Sòcrates redivivo: no me refiero al jugador de football brazuca que hacìa goles que daba miedo, calambres como si fuera la cosa màs fàcil del mundo a pesar de una leve renguera
pero no nos vayamos por las ramas, volvamos al tema que nos convoca: la historia de la arquitectura
durante las grandes pandemias me dedicaba a dar clases virtuales me la rebuscaba con pequeños fraudes no contemplados por la Ley como delito (ni siquiera como infracciòn): hacer examenes mùltiples choice y toda clase de imposturas màs o menos incorrectas pequeñas microestafas y cosas por el estilo
algunos se daban por aludidos, no les gustaba nada dicho asunto: me gritaban por telèfono llamaban a la policìa o me gritaban a travès de la
Una noche estaba tan borracho que
habiendome levantado una mina la acompañè a su coche o automòvil o como se llame en medio de la noche en medio de la media noche y la media luna menstrua y me sentè en la vereda y me puse a vomitar litros y hectolitros de todo el alcohol que me habìa tomado en un dichoso cumpleaños unas horas antes y cuya ùnica bebida era toda clase de alcoholes que tuve el mal tino de mezclar en una melange siniestra que me hizo vomitar y vomitar peor que el sonado caso del famoso lazarillo de tormes cuyo patròn o ciego trompa como se sabe le metiò los dedos hasta el fondo de la garganta en bùsqueda de un objeto presuntamente hurtado por dicho lazarillo
y mientras vomitaba como un condenado vi còmo la dama en cuestiòn se subìa a su carro y se alejaba en la noche
y una vez escribì un poema al respecto que mi difunto padre leyò y no le gustò nada era un remedo bukowskyano presuntamente y tampoco le gustò que arrojò toda una carpeta de poemas similares al tacho de la basura junto con libros de poemas de Mayakovski (editorial Losada) y un broli de Anatole France (Premio Nobel) y asì
la segunda vez que vomitè en exceso no me habìa alcoholizado sino que simplemente discutì con una directora de escuela nocturna vaga u ominosamente catòlica y cripto fascista que forreaba y basureaba a algunos alumnos y docentes de distintas maneras que no vienen al caso o sì: entraba subrepticiamente en medio de una clase so pretexto de observar y criticaba arbitrariamente al docente delante de los alumnos de mala manera: baste esto como ejemplo, botòn y muestra
de manera, que me dio un pico de presiòn y comenzè a vomitar en un tacho de basura hasta llenarlo por completo para sorpresa y disgusto de la tal directora secretario y preceptores
en una ambulancia me llevaron a un hospital no sin antes darme una pastilla me recostè en una camilla y al rato me sentì mejor y me fui caminando por las calles solitarias y nocturnas hacia mi hogar agridulce
la tercera vez que vomitè a màs no poder fue en un MacDonalds una tarde: me cayò pèsimo una tarta de verdura llena de aceite que habìa cocinado mi padre en una sartèn: de pronto sentì una nàuseas existenciales o sartreanas y salì corriendo rumbo al baño vomitando con tales estruendos y enchastrando todo el inodoro de una forma que el seguridad se asomò por la puerta para contemplar aquel desastre y al salir yo ni tuve la cortesìa de preguntarme còmo me sentìa
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